15 Mayo 2019

Nuestro viaje empezó en el Aeropuerto del Prat cogiendo el primer vuelo de la mañana a Milán. Al llegar nos esperaba nuestro transfer listo para desplazarnos hasta Brescia, origen y final de la carrera más bonita del mundo.

La van nos acercó hasta el centro histórico de la ciudad. Después de comer en uno de los restaurantes situado cerca de la Piazza della Vittoria, pudimos disfrutar de un agradable paseo por las calles cercanas donde los participantes van situando sus clásicos a la espera del pistoletazo de salida.

Siguiendo la extensa hilera de coches expuestos llegamos al Viale Venezia, una de las grandes avenidas de la ciudad y lugar donde se sitúa la salida de la carrera.

Después de los discursos de las autoridades y de que la patrulla acrobática italiana tiñiera el cielo del color de la bandera, se dio el pistoletazo de salida. Uno a uno fueron saliendo los más de 400 participantes con sus clásicos de 1927 hasta 1957. Una interesantísima manera de ver la evolución del automóvil, y de las marcas de automóviles, en esos 30 años de historia.

La ruta empezó con una vuelta por todo el centro de Brescia, donde los participantes sintieron todo el apoyo y admiración del público, que llenaba las calles esperando a ver pasar todo el convoy de clásicos. Una vez en carretera abierta, los participantes fueron enlazando los diferentes puntos de control situados en los centros de las poblaciones como por ejemplo Valeggio sul Mincio o Mantova, donde una vez más se encontraron a un público entregado.

Después de seguir las primeras etapas del tramo Brescia – Cervia, nuestro transfer nos llevó hasta Modena donde se situaba nuestro hotel.

16 Mayo 2019

El segundo día de nuestro viaje no fue tan “motorsport”. El planning para el día era visitar los museos de dos de las marcas más legendarias del mundo del motor, Ferrari y Lamborghini.

Decidimos empezar por Lamborghini, así que nos desplazamos hasta Sant’Agata Bolognese, sede de la marca del toro.

El museo está dividido en dos zonas claramente diferenciadas: en la primera se hace un repaso por toda la historia de la marca y la segunda es un showroom con una buena selección de sus modelos más emblemáticos, así como algunos de los más exclusivos.

La planta baja alberga joyas como el Miura o el Countach, y uno de los modelos más difíciles de ver de la marca, el Lamborghini Sesto Elemento. En la planta superior nos encontramos con todos los modelos de producción actuales junto con dos de los modelos más extravagantes de la
marca italiana: el Centenario y el Veneno.

Acabada la visita, nos desplazamos hasta Maranello. Y tras comer en el restaurante Il Cavallino, empezamos la visita al museo Ferrari.

El museo se divide en diferentes zonas. En la primera sala se explica la evolución de la marca enfrentando a el clásico Ferrari 250 LM con uno de sus últimos modelos, el Ferrari 812 Superfast. Seguidamente se exponen todos los modelos insignia: 288 GTO, F40, F50, Enzo y LaFerrari.

Todo un lujo poder verlos a todos bajo un mismo techo. En la parte restante del recorrido se van exponiendo diferentes modelos, algunos más actuales y otros más clásicos. Incluidos los monoplazas participantes en la Formula 1 y uno de los modelos más impresionantes de la marca italiana: un FXX-K Evo que quita el hipo a cualquiera.

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